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Profesores quemados: Síndrome de Burnout docente

Un poco de teoría

El síndrome de Burnout (estar quemado) se deriva de experimentar un alto nivel de estrés durante un amplio periodo de tiempo. La persona padece un estado de agotamiento físico, emocional y mental que tiene consecuencias en la autoestima y esta caracterizado por un proceso paulatino en el que las personas pierden el interés en sus tareas, el sentido de la responsabilidad y pueden hasta llegar a profundas depresiones.

Recientemente la OMS ha cambiado la consideración de este síndrome desde los «problemas relacionados con dificultad en el control de la vida» a los relacionados con un estrés crónico en el trabajo.

“Se calcula que un 30% de las bajas en el sector educativo son debidas a este síndrome”

En empleos tan vocacionales como la educación, es muy común “quemarse” y el sistema Montessori, no es una excepción. El síndrome del Burnout está altamente relacionado con empleos que exigen un contacto permanente con personas, horario de trabajo prolongado, remuneraciones inadecuadas, idealistas y servicio a los demás.  Además, hay un alto grado de autoexigencia y tendencia a implicarse en el trabajo por lo que son sectores mucho más vulnerables.

¿Cuáles son los síntomas generales?

  • Agotamiento emocional: desgaste profesional que lleva a la persona a un agotamiento psíquico.
  • Aparece una falta de energía y fatiga a nivel físico.
  • Despersonalización
  • Falta de realización personal.
  • Falta de autoestima

Entre los efectos psicológicos y físicos más comunes destacan la fatiga, el insomnio, los pensamiento negativos, depresión, ansiedad, migrañas, dolores musculares…

Un poco de realidad

¿Cómo saber que estas antes un posible profesor quemado?

Fácil. ¿Has escuchado alguna vez estas expresiones en tus pasillos?

  • “Total, para lo que nos pagan”
  • “Trabajamos como mulas, y ahora encima esto”
  • “¿Las familias no se dan cuenta de lo que es educar a sus hijos?”
  • “No saben lo que son los límites, nosotros también tenemos vida”
  • “Que si objetivos, que si claustro, que si actividades… y encima sonríe”
  • “Esto no es lo que me vendieron”
  • “Estoy más quemad@…”
  • “Hoy ha faltado una compañera, dobla clase, cubre un patio, un comedor…”
  • “No tenemos herramientas para trabajar en condiciones”
  • “y ahora la locura de fin de curso… no veo el momento de pillar vacaciones”
  • “Voy a echar un ojo al convenio porque a mí esto no me cuadra”

¿Cómo responsable del equipo te suena? A mí también.

Alguien no esta muy contento así hay que abrir bien los ojos y comenzar con un plan de acción de forma inmediata.

Esta claro, es un sector vulnerable y hay que fijarse muy bien en algunos de las principales señales. Ya hemos visto los síntomas generales, pero ¿Cuáles pueden ser las causas? Como en todo siempre hay dos puntos de vista de una película. En tu película, todo tu equipo esta alineado, trabajamos a una, “somos un gran equipo” pero su película puede ser bien distinta.

Te desvelo las 8 causas específicas que me he encontrado y a las que debemos prestar mucha atención:

  • Poca valoración de su trabajo
  • Relaciones conflictivas con compañeros
  • Elevado número de alumnos lo que desemboca en una falta de control
  • Alumnos conflictivos
  • Exceso de responsabilidad
  • Incertidumbre laboral. Escaso desarrollo profesional
  • Escasa comunicación o participación en problemas comunes del centro
  • Covid-19. La pandemia ha creado un clima de incertidumbre muy elevado en los centros educativos, teniendo que adoptar nuevas formas de enseñar en remoto en muy poco tiempo con escasos recursos y preparación en algunos casos.

¿Podemos evitar que alguno de nuestros empleados tenga Burnout?

El primer consejo siempre es ¡Adelantarse!

¿Como? Con la ecuación infalible: Encuesta de clima + One to One

Tanto con las encuestas generales como en las reuniones personales, podemos detectar fácilmente algunas de las características como baja motivación, despreocupación, tristeza… e incluso algunos de los posibles detonantes. No obstante, es algo que se nota en el día a día, pero muchas veces cuando ya es tarde.

Vamos a ver 8 estrategias para poner en marcha que pueden evitar que nuestros profesores se quemen:

  • Encuesta de clima. Las encuestas de clima sirven para obtener mucha información y podemos aprovechar para detectar algunos factores estresantes que puedan estar afectando al grupo docente.
  • One to One. Reuniones personales regulares para determinar causas puntuales de malestar en el empleado. Claro está, hay que crear un clima confianza para tener una conversación abierta en la que obtener información.
  • Crear un plan de bienestar en nuestra escuela Montessori. Un plan de bienestar puede recoger distintos beneficios para los empleados como opciones para su conciliación familiar o flexibilidad horaria.
  • Varios canales de comunicación a disposición de la comunidad docente. Además de los canales oficiales de comunicación, se puede proponer un buzón del empleado anónimo donde dejar sugerencias o una intranet de empleados que fomente la comunicación interna.
  • Herramientas de feedback con las que podamos hacer una valoración positiva de su trabajo. Hay muchas apps y aplicaciones en el mercado para dar feedback a los empleados, pero yo siempre recomiendo hacerlo de forma personalizada.
  • Liderazgo en positivo. Siempre servir con el ejemplo recordando que tu eres su apoyo y llevas el timón.
  • Crear comunidad: que se sientan formar parte del equipo siendo invitados a participar en algunas de las tomas de decisiones del centro.
  • Impulsar su desarrollo profesional mediante la participación en eventos y formaciones.

¡Ya tengo un profesor quemado!

Keep calm.

Te doy 8 acciones que me han funcionado y te pueden ayudar para mejorar su situación y la de todo el equipo.

Acciones que te recomienda pongas en marcha cuanto antes. Recuerda la teoría de la “manzana podrida” (aunque a mí no me gusta mucho este nombre.) Es el efecto que puede hacer un compañero que usa la negatividad, la crítica y contamina con su actitud al resto del equipo, creando estrés, malas relaciones e incluso baja productividad.

Acción 1

Discutir y valorar abiertamente las opciones y las situaciones que le afectan. Sin paños calientes

“¿Qué te pasa?”

Acción 2

Evaluar las opciones y soluciones específicas para su caso.

“¿Cuál crees que sería la solución a tu problema o malestar?”

Acción 3

Ayudarle a ver la parte positiva de su trabajo y redescubrir la parte agradable

“¿Por qué eres maestro? ¿Qué te trajo aquí?” Recordaremos juntos sus primeros días y sus sensaciones.

Acción 4

Ajuste de expectativas a la realidad. Igual lo esperado no se ajusta a la realidad que está viviendo

“¿Dónde ha estado este desajuste? ¿En qué momento te has dado cuenta que no era lo que esperabas?”

Acción 5

Mejorar las relaciones entre compañeros. Buscaremos las relaciones positivas que tiene en el centro y pensaremos formas para incentivarlas.

Acción 6

Revisión del horario de descansos y plantear posibles cambios. Muchas veces, un horario de trabajo mal ajustado, sin momentos de descanso o mucho tiempo en la misma tarea, hace que aumente el estrés diario.

Acción 7

Recomendación de ejercicio, tiempo libre y vida social. Revisar sus vacaciones y días libres disponibles.

“¿Necesitas unos días de vacaciones?”

Acción 8

Mostrar tu apoyo y disponibilidad.

“Siempre estaré aquí para ti. Vamos a solucionarlo juntos.”

Como conclusión, es muy importante decirte que hay que darle mucho seguimiento. No se puede quedar en agua de borrajas y debes planificar reuniones de seguimiento, así como seguir evaluando de forma constante el clima laboral de tu centro. Solo así podrás medirlo y tener información precisa para proponer acciones y mejoras de forma inmediata.

Recuerda, los maestros son la piedra angular de un centro educativo. Fomenta la felicidad y aumenta su bienestar. Un maestro feliz puede cambiar el mundo.

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